Marisol Acuña: “El privilegio de la normalidad”

Marisol Acuña: “El privilegio de la normalidad”
Marisol Acuña Rivero, profesora.

Algunos sueñan con volver a la normalidad, yo no quiero. No quiero, porque “la normalidad” en Chile ha sido el abuso, ha sido la estafa de las AFP, el saqueo de nuestros recursos naturales, la comercialización de nuestros derechos como la salud, la justicia, la educación, el trabajo digno y la vivienda. Y ojo, lea bien, no estoy acusando solo a este gobierno, estoy acusando a una clase política, que por décadas ha sido cómplice con su silencio y su descaro…pero eso, es otro tema, que abordaremos la próxima vez.


Por Marisol Acuña Rivero (profesora)

                            Enfrentamos una crisis de magnitudes apocalípticas. A diario vemos las alarmantes cifras del avance de un virus que, además de amenazar nuestra salud, también amenaza seriamente nuestra economía familiar, la seguridad pública y la educación de nuestros hijos, por mencionar algunas.

Entonces se abre la gran interrogante: ¿Y AHORA, QUÉ HACEMOS?

Lo más lógico sería pensar, que el estado, ese extraño e impersonalizado ente, debe solucionar las problemáticas que acechan el bien común. Porque los organismos del estado son quienes debería planificar y desarrollar acciones que aseguren la vida plena de los habitantes de un territorio organizado como país.  Sin embargo, los chilenos tenemos un estado secuestrado por los grandes capitales, y son esos capitales los que realmente gobiernan y han sido protegidos y salvaguardados históricamente.

El tipo de estado que tenemos hoy en Chile, es el que no se ajusta a las necesidades de nuestra sociedad, un estado empobrecido por la venta de los recursos que son de todos y todas y por los comentados robos y corrupción de sus propias instituciones, como, el desfalco de CODELCO, Inverlink, MOP Gate, Caso Penta, SQM, fraude en Carabineros, CORPESCA, Militares y muchos otros casos que han resonado nacional e internacionalmente; mientras los responsables del desmantelamiento de nuestras riquezas, se sientan en sus escaños, tras sus escritorios y sus mascarillas 3.0, a decidir  fríamente el futuro de millones que aún confían en que sucederá  “algo”, que nos salve de los duros pronósticos que circulan en mundo de la ciencia, la política y  la economía.

El desafío es más grande y complejo de lo que muchos creen; lo que hoy enfrentamos, es la caída de un sistema político y económico centrado en la ganancia descarada de muy pocos, a costa de la vida y la dignidad de la mayoría. ¡Es decir, NO SIRVE!!

¿Dónde está la solución entonces? Ya lo dijimos en la calle y lo gritamos bien fuerte en octubre, para que todos lo supieran; no fue una decisión de un pequeño grupo, ni entre cuatro paredes; no fue producto de una negociación entre bancadas opuestas.

No queremos limosnas ni caridad, puesto que el país es nuestro, Linares, es nuestro y juntos podremos salir de esta crisis y de todas las problemáticas que nos aquejan.    

¿Todavía usted cree, que no necesitamos cambiar la constitución? La constitución política actual, establece este estado debilucho y subsidiario, que solo se hace cargo de la extrema pobreza que genera su verdadero protegido: la gran empresa.

Más que canastas familiares donadas por el gobierno o por los “candidatos” (fotito incluida), necesitamos protección a nuestras fuentes laborales y fortalecer la empresa local. Necesitamos buscar nuevas formas de producción de alimentos, vestuario, medicamentos, arte y cultura; necesitamos verdadera justicia y seguridad para todos, no solo para el que puede pagarlo. Necesitamos dejar de ser DEPENDIENTES de los gobiernos y sus medidas de parche; porque es irrisorio que  nos multen por no usar la mascarilla, nos persigan si alguien es sospechoso o sospechosa de contagio; se critica las largas filas; nos imponen toque de queda a las 22 horas, cuando el verdadero peligro está en salir durante el día; sin embargo, extrañamente, no cierran los grandes centros comerciales, ni se le exige a bancos, cajas de compensación  y otras empresas financieras, facilitar los trámites on line, evitando la sobreexposición al virus. ¿Habrá normalidad para los alumnos cuando regresen a clases? ¿Habrá normalidad para los endeudados, para los que perdieron su trabajo, para quienes perdieron un ser querido o   para los adultos mayores con sus pensiones de miseria?

Algunos sueñan con volver a la normalidad, yo no quiero. No quiero, porque “la normalidad” en Chile ha sido el abuso, ha sido la estafa de las AFP, el saqueo de nuestros recursos naturales, la comercialización de nuestros derechos como la salud, la justicia, la educación, el trabajo digno y la vivienda. Y ojo, lea bien, no estoy acusando solo a este gobierno, estoy acusando a una clase política, que por décadas ha sido cómplice con su silencio y su descaro…pero eso, es otro tema, que abordaremos la próxima vez.

 

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).