La historia de Eufrosina Navarro Tobar de Chacón

La historia de Eufrosina Navarro Tobar de Chacón
Eufrosina Navarro Tobar de Chacón.
La historia de Eufrosina Navarro Tobar de Chacón

Sus primeros estudios los realizó en la escuela de Paniahue, donde pasó parte de su infancia. Su familia se trasladó a Santiago y allí realizó estudios de contabilidad en el Instituto Superior de Comercio. En noviembre de 1922 ingresa como socia de la Sociedad Linarense de Historia y Geografía, donde ejerce como prosecretaria, secretaria y posteriormente archivera. En esta función conoce a don Julio Chacón del Campo, escritor y fundador de la sociedad cultural, con quien contrajo matrimonio. Y así como amó a su tierra de Lolol, entregó su desvelo amor por Linares y sus bellos rincones campesinos.


Por Manuel Quevedo Méndez (profesor y director de la Biblioteca Pública Municipal "Mnauel Francisco Mesa Seco" de Linares"

 

                              Linares ha sido tierra fecunda en valores intelectuales. Los ha visto nacer y acunado en su infancia, en medio de atardeceres provincianos que no están tejidos de extraordinarios sucesos ni hondas emociones poblanas. Así han desfilado hacia la historia, perfiles inolvidables, con rasgos y virtudes de posteridad luminosa en algunos; en otros, del juicio de sus contemporáneos. 

A esta galería se ha sumado un nombre: Eufrosina Navarro Tobar de Chacón. Hija de José Santos Navarro y de Eufemia Tobar de Navarro.

 Sus primeros estudios los realizó en la escuela de Paniahue, donde pasó parte de su infancia. Su familia se trasladó a Santiago y allí realizó estudios de contabilidad en el Instituto Superior de Comercio. En noviembre de 1922 ingresa como socia de la Sociedad Linarense de Historia y Geografía, donde ejerce como prosecretaria, secretaria y posteriormente archivera. En esta función conoce a don Julio Chacón del Campo, escritor y fundador de la sociedad cultural, con quien contrajo matrimonio. Y así como amó a su tierra de Lolol, entregó su desvelo amor por Linares y sus bellos rincones campesinos. 

Eufrosina fue una mujer que todo lo consagró a su tierra -y a la nuestra-, mezcla de apóstol y madre. Espíritu celeste de bondad, en la conjugación de sus sentimientos.

Sus ojos irradiaban unA ternura infinita. Cristalizó gran parte de sus anhelos, en el bien público; impulsos generosos de madre, traducidos en un apostolado social.       

Ella no nació en nuestra provincia. Pero trabajó por ella con un indesmentible cariño, y con un entusiasmo digno de ejemplo. Dedicando, además, parte de su tiempo para conocer nuestros campos y valles. Un sinnúmero de mujeres como Eufrosina, emplearon la fuerza incontrarrestable de sus espíritus en dejar sobre la tierra las huellas indelebles de sus pasos.

Desde se primera visita a Linares, el 3 de enero de 1924, hasta el 21 de mayo de 1948, nunca dejó pasar un año sin visitar la ciudad. Hacía una labor silenciosa, pero efectiva. Toda su vida fue una trayectoria de rectitud y desinterés. La modestia era uno de los encantos de su belleza.   

De ella dijo El Diario Ilustrado, de cobertura nacional, recordando el tercer aniversario de su fallecimiento (1951): “Desaparecida en pleno goce de sus facultades intelectuales, tiempo no ha logrado desvanecer el recuerdo de quien fue alma y guía de iniciativas generosas”.

Y agregaba: “Es muy merecido el homenaje que tributa la Sociedad Linarense de Historia y Geografía, a su ex archivera, fundadora y primera directora del Solar Linarense, porque -a través de sus cortos años de vida- hizo todo lo que pudo en favor de Linares y de la institución que le contó entre sus miembros más distinguidos”

Blanca Merino Lizana, artista linarense, orgullo de su pueblo y de Chile, cuyas hábiles manos exteriorizaron con su talento, forjaron un busto homenaje a Eufrosina; cuya obra (hoy) se encuentra en la Biblioteca Pública Municipal de Linares.

El busto en homenaje a Eufrosina Navarro de Chacón, fue inaugurado el 3 de noviembre de 1951, en el Solar Linarense. Y, posteriormente, hubo una mateada extraordinaria, para las viejitas inscritas para concurrir el 27 del mismo mes, haciéndoles partícipe de la alegría por esta actividad.

Busto en bronce, donde se encuentra el espíritu de toda empresa bien comenzada. Ahí están los desvelos, la constancia, y la abnegación en pos de un bien superior y que recuerda para siempre sus virtudes cívicas en favor del progreso y cultura de esta tierra, el alma de una gran mujer, como lo fue doña Eufrosina. 

En esa figura quedaron fundidos, para las generaciones, los dos nombres femeninos: Eufrosina Navarro de Chacón y Blanca Merino Lizana.

Pasarán otros otoños e inviernos; renacerán mejores primaveras y el calor del verano dará esplendor y fertilidad a la campiña de nuestro Linares; y nunca se olvidará su nombre, en quienes supieron  de su bondad. 

Sabiendo que una mujer les llevó el consuelo y enjugó lágrimas, en momentos dolorosos de sus vidas y que fue íntegramente buena con el pobre y el desvalido, ellos -en su modesta morada-, con el alegre despertar de la naturaleza, o el comienzo de inviernos rigurosos, la tendrán siempre en su recuerdo.

Defensora de los linarenses, éstos serán los que dirán en el futuro, que Eufrosina Navarro de Chacón, dio toda su alma y su corazón a la tierra -que si no fue su  cuna- fue de las más caras afecciones y de sus más gratos recuerdos. (Bibliografía: EUFROSINA, Revista femenina de Artes y Letras, fundada en Linares, sept.1949).             

 

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).