No+AFP Linares sobre retiro del 10%: “La única solución suficiente en términos económicos y éticamente razonable es que las AFP restituyan a los cotizantes las pérdidas obtenidas con la especulación financiera de la seguridad social d Chile”

No+AFP Linares sobre retiro del 10%: “La única solución suficiente en términos económicos y éticamente razonable es que las AFP restituyan a los cotizantes las pérdidas obtenidas con la especulación financiera de la seguridad social d Chile”
No más AFP Linares fija posición sobre retiro del 10 por ciento de los fondos previsionales.

Es así que, desde la Coordinadora No+AFP en Linares, señalamos que la única solución suficiente y ética es que las AFP restituyan a les cotizantes las pérdidas obtenidas con la especulación financiera de la Seguridad Social en Chile, es decir, que la dignidad se haga costumbre y que la crisis la paguen los capitalistas; no el pueblo mercantilizado.


Opinión: Coordinadora No más AFP de Linares                         

                               Les cotizantes del sistema de capitalización individual y forzosa, AFP, registraron en mayo de 2020 históricas pérdidas en sus fondos de pensiones que, según consigna la Corporación de Estudios e Investigación de la Seguridad Social (CIEDESS), cayeron en un 5,5% respecto del año anterior. Según cifras de la Superintendencia de Pensiones, se inscribe como “la mayor disminución desde que se tiene registro de la evolución de los cotizantes del sistema" aplicado desde 1995.

Dicho de otro modo, en mayo de este año los fondos de les trabajadores, expropiados por las AFP, registraron mermas nunca antes vistas, superior a las sufridas en la crisis “subprime” de 2008 y mayores al “retroceso” más grande hasta ahora, en noviembre de 2002 (-3,8%).  Con todo, las AFP apuntaron pérdidas en nuestros fondos previsionales que, según reportó la industria a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), alcanzaron pérdidas para los trabajadores de 35 mil 270 millones de pesos (US$41,4 millones), al cierre de marzo. 

Lo anterior, en un violento contraste con el anuncio realizado por tres AFP en medio de la pandemia sanitaria por Covid-19, relativa a retirar utilidades obtenidas en 2019 y repartirlas entre sus accionistas.  Nos referimos a Provida (100 millones de dólares), Habitat (47,5 millones de dólares) y Capital (30,6 millones de dólares), sumando 180 millones de dólares que incluso la Ministra del Trabajo y Previsión Social -y defensora de las AFP-, María José Zaldívar, consideró como “una señal equívoca”.

Así, con los antecedentes expuestos y que son de público conocimiento, la única solución suficiente en términos económicos y éticamente razonable es que las AFP restituyan a les cotizantes las pérdidas obtenidas con la especulación financiera de la Seguridad Social en Chile.  Hoy, en tiempos de pandemia sanitaria y apremios económicos (tortura financiera); en un contexto de sobre-endeudamiento obsceno, se torna más urgente y sensato que siempre una medida de esta índole.

Es tan sensato que, con trampas y traiciones mediante, incluso el deslegitimado Sistema de Partidos Políticos chileno se ha abierto a la posibilidad y se ha hecho -hasta ahora- de la discusión; entrampándose en “la medida de lo posible” previamente establecida por el empresariado y en una cancha diseñada para perder por los visos de inconstitucionalidad que impone la constitución política que -es consenso- urge cambiar en el país.

EN LA MISMA CANCHA

La derecha liberal, la Concertación, propone retirar el 10% de los fondos de cada cotizante que, según ha criticado la ultra-derecha, resulta del todo insuficiente producto de los montos con mermas acumulados por les trabajadores y que, en promedio, no superarían los 300 mil pesos.  Lo anterior, eco de lagunas previsionales, cotizaciones impagas y desigualdad de género.  Cuánto fuere su insuficiencia se suma a la desigualdad -también esgrimida por la UDI-, por cuanto les cotizantes con mayor tasa de acumulación podrían retirar mayor cantidad de recursos, profundizando incluso la brecha socioeconómica.

Por otro lado, la ultra derecha, la “Alianza por Chile”, junto con develar la insuficiencia y desigualdad de la propuesta concertacionista, arguye que es pan para hoy y hambre para mañana, por cuanto se afectará la pensión de vejez -cuando ésta llegue-, a menos que se compense con aumentar la edad de “jubilación”.  Sin embargo, y en buena hora, ambas ideas se distancian de la mínima ética consensuada a partir de la revuelta de octubre, y cada vez se distancian más del nuevo Sentido Común, ya que 1) las pensiones de vejez en su momento serán igual de indignas y peor, según las proyecciones desarrolladas previo a la crisis sanitaria-luego económica; y 2) aumentar la edad de “jubilación” es una no posibilidad por lo inhumano que implica, develado desde hace décadas por la Coordinadora NO+AFp y Fundación SOL.

Por tanto, la ultra derecha propone un “crédito blando” que implica sobre-sobre-endeudamiento para las familias chilenas.  Si bien mantiene la lógica de desigualdad (porque una minoría acomodada no pedirá dichos créditos o, bien, aprovechará las “tasas blandas” y garantías estatales para hacerse mayor liquidez y profundizar sus privilegios); aún así resulta más suficiente que “la propuesta concertacionista” porque, en promedio, se podría acceder a 1 millón de pesos, lo cual supera por lejos 300 mil equivalente al 10% de los eventuales montos a retirar: con lupa y letra chica.

En una tercera posición y al margen de la cancha, corriendo la vergonzosa “medida de lo posible”, se pronuncia el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, cediendo al retiro del 10% de los fondos previsionales, pero con recargo a impuestos futuros (como el impuesto a los súper ricos y grandes fortunas) en el mejor de los casos o con endeudamiento fiscal, aprovechando la actual baja tasa de interés.  Por cierto más progresista, aunque desigual e insuficiente todavía; y cómo no, si son aquellas las premisas -la base- de la propuesta del 10%. 

Es tal, que la propuesta del “crédito blando” propuesto por la banca, por intermedio del Estado y la Tesorería General de la República resulta más atractivo para la ciudadanía y, lamentablemente, más eficaz para el pueblo empobrecido, pese a ser un grillete más en la condición de esclavitud financiera en que se encuentra.

EN LA OTRA CANCHA

En cuarto lugar, en la otra cancha, la Coordinadora No+AFP Linares propone la restitución inmediata de las pérdidas históricas registradas por les cotizantes, producida de manera autoritaria y forzosa.  Como, muy probablemente, los fondos previsionales de les trabajadores chilenos no estén en el país, sino que invertidos en corporaciones transnacionales, infraestructura en EEUU u otro país “desarrollado” y, peor aún, atendiendo que las pérdidas históricas acumuladas ya han sido absorbidas por el Capital mundial (haciendo imposible la recuperación total de las pérdidas), exigimos la reparación universal a todes les cotizantes de un monto de 2 millones de pesos, vía transferencia directa a las personas.

Del mismo modo que en la colusión del papel higiénico, la estafa sin precedentes en la historia de la humanidad; cual es el sistema forzoso de acumulación individual, AFP, debe reparar el daño cometido a les trabajadores y a la vejez en Chile.  Lo anterior resulta urgente en contexto de pandemia sanitaria y crisis económica y, si bien el monto universal de 2 millones de pesos no se condice con las multimillonarias pérdidas que las familias chilenas han visto cometer contra sus intereses, es por cierto más suficiente que el retiro desigual del 10% de los fondos previsionales e incluso que el crédito ofertado por la ultra derecha. Crédito que por maligno que sea, resultará tentador para más de un compatriota en este momento histórico, donde no existe cara de herejía suficiente para enfrentar la criminal necesidad que implica la desigualdad en Chile.

Es así que, desde la Coordinadora No+AFP en Linares, señalamos que la única solución suficiente y ética es que las AFP restituyan a les cotizantes las pérdidas obtenidas con la especulación financiera de la Seguridad Social en Chile, es decir, que la dignidad se haga costumbre y que la crisis la paguen los capitalistas; no el pueblo mercantilizado.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).