Sebastián Ramírez Pascal: Narcofuerzas Armadas cuando el Estado burgués muestra sus entrañas

Sebastián Ramírez Pascal: Narcofuerzas Armadas cuando el Estado burgués muestra sus entrañas
Sebastián Ramírez Pascal, militante del PC.

“Los militares que hoy aparecen asociados al narco no ‘traicionaron sus principios’ simplemente cumplieron su papel en un sistema donde la legalidad está subordinada a la ganancia. Son empresarios de uniforme: algunos invierten en soya, otros en armas, otros en cocaína. Todos con pensión asegurada”, expresa el ex candidato a consejero regional del Maule


Por Sebastián Ramírez Pascal

                                   La noticia no sorprende: militares chilenos vinculados al narcotráfico. La sorpresa sería lo contrario: que un aparato armado para reprimir al pueblo se mantuviera puro, incorruptible y al margen del negocio más rentable del capitalismo periférico.

Pero no, resulta que quienes portan fusiles con honor y juraron lealtad a la patria están, vaya sorpresa, involucrados en redes de tráfico, soborno, encubrimiento y contrabando. Y aún hay quien habla de “instituciones de excelencia”. Lo más sorprendente es que los altos mandos no están dispuestos a entregar información acerca de los involucrados, porque la familia militar esta primero.

Este no es un “desvío” ni una “crisis moral”. Es el funcionamiento natural del Estado burgués en su fase decadente, donde la línea entre legalidad e ilegalidad se desdibuja en función de los intereses del capital.

El narco, lejos de ser un "flagelo" que amenaza al Estado, es un actor económico funcional al capitalismo dependiente, generador de liquidez, empleos periféricos y control territorial. ¿De verdad creían que la burguesía no iba a utilizar a sus empleados uniformados para proteger ese negocio?

Como decía Engels en El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, el Estado no es neutral: es una “fuerza especial de represión” al servicio de una clase dominante. ¿Y qué otra cosa son las Fuerzas Armadas sino esa fuerza, blindada, entrenada y adoctrinada, puesta al servicio de la propiedad privada, incluso si esa propiedad viene en polvo blanco o en fajos de billetes calientes?

Los militares que hoy aparecen asociados al narco no “traicionaron sus principios”; simplemente cumplieron su papel en un sistema donde la legalidad está subordinada a la ganancia. Son empresarios de uniforme: algunos invierten en soya, otros en armas, otros en cocaína. Todos con pensión asegurada.

Mientras tanto, los sectores populares siguen pagando el precio: militarización de sus barrios, represión selectiva, jóvenes presos por microtráfico mientras los altos mandos se reparten los dividendos del gran negocio. La guerra contra las drogas nunca fue contra las drogas: fue contra el pueblo.

Si los militares están metidos en el narco, es porque el narco es parte del Estado. Y si el Estado es burgués, entonces el narcotráfico es simplemente otro brazo armado del capital.

(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).