Alejandro Araya Valdés: la delincuencia en Chile, un problema que exige soluciones integrales

"La delincuencia en Chile no es un problema aislado, sino un síntoma de fracturas sociales profundas, combinadas con la infiltración de redes criminales globales.Para enfrentarla, se requiere un pacto político que trascienda ciclos electorales", planteó el jurista longaviano
Por Alejandro Araya Valdés (abogado y magíster en ciencias políticas)
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, nuestro país ha experimentado un aumento preocupante y significativo de la delincuencia lo cual ha ido acompañado de un incremento en la violencia asociada a estos actos. Según cifras oficiales, los homicidios han subido un 42% entre 2019 y 2023. Por otro lado, los robos con violencia e intimidación se han duplicado en la última década.
Este escenario ha posesionado a la Seguridad Pública como uno de los temas más más urgentes en la agenda política del país. Así, la sensación de inseguridad permea desde las grandes ciudades hasta las zonas rurales, generando polarización en el debate sobre sus posibles soluciones.
Reducir el problema de la delincuencia a la dicotomía entre; “mano dura” y “garantismo” sería una visión demasiando simplista. La delincuencia en un fenómeno multifactorial y se encuentra vinculado a desigualdades estructurales y debilidades tanto institucionales como legales. Para abordarlo -a mi juicio- Chile requiere un enfoque integral que convine prevención, disuasión y reinserción, aprendiendo de las experiencias internacionales y adaptándolas a la realdad de nuestro país.
Conforme lo anterior, las decisiones que se tomen en el futuro cercano por nuestras autoridades serán claves en la lucha contra la delincuencia.
DESARROLLO
1.- Radiografía de la delincuencia en Chile; Datos y Tendencias
Las estadísticas policiales y judiciales revelan patrones alarmantes:
-Aumento de homicidios: según la Subsecretaría de Prevención del Delito (2023), en 2022 se registraron 11.326 homicidios, la cifra más alta en 25 años. El 70% de estos delitos se concentraron solo en cinco regiones: Antofagasta, Valparaíso, Región Metropolitana, Bio Bio y La Araucanía. Los robos con violencia subieron un 28% entre 2021 y 2023, el 40% ocurre en la vía publica y el 60 % restante en hogares o comercios.
-Narcotráfico y crimen organizado: La PDI reportó entre 2018 y 2023, un aumento del 300% en incautación de cocaína vinculado a rutas internacionales que utilizan a Chile como puente.
Además, el 85% de los chilenos percibe que la delincuencia ha empeorado y solo el 32% confía en la capacidad de las instituciones para combatirla (según la Encuesta Nacional de Seguridad Ciudadana (ENUSC, 2023).
-Zonas Críticas:
a.- Región Metropolitana: Concentra el 35% de los delitos violentos con comunas como Santiago Centro, Puente Alto y Maipú cómo epicentros
b.- La Araucanía: Los conflictos territoriales han escalado en un 60% en lo que respecta a delitos contra la propiedad entre 2020 y 2023
c.- Antofagasta: Presenta alta incidencia en robos a mineras y tráfico de drogas
-Tipos de delitos predominantes:
- Robos con violencia (32%)
- Homicidios y lesiones corporales (25%)
- Tráfico d drogas (20%)
- Violencia intrafamiliar y de género (15%)
2.- Factores que explican el aumento de la delincuencia
a.- Desigualdad y exclusión social: Chile sigue siendo uno de los países más desiguales según la OCDE. El 20% más pobre recibe sólo el 5% del ingreso nacional. La tasa de desempleo juvenil supera el 18%. Esta tasa aumenta la marginalidad y la falta de oportunidades, especialmente en sectores vulnerables donde el narcotráfico ofrece “empleos” a jóvenes.
b.- Debilidades institucionales:
i.- Sobrecarga del sistema judicial: el 60% de los casos ingresados a los tribunales de justicia chilenos se demoran más de dos años en resolverse (Informe de la Fiscalía Nacional, 2023).
ii.- Hacinamiento carcelario: según Gendarmería de Chile, las cárceles operan al 155% de su capacidad, situación que dificulta la reinserción social.
iii.-Falta de coordinación: duplicidad de funciones entre Carabineros, PDI y fiscalías locales, con escasa inteligencia compartida.
iv.- Narcotráfico y Crimen Organizado Transnacional: Chile se ha convertido en un espacio clave para los carteles internacionales, aprovechándosede sus puertos y tratados de libre comercio. Según la ONU, el consumo de cocaína per cápita en Chile es el más alto de Sudamérica (2.1% de la población), lo que alimenta mercados locales controlados por bandas.
v.- Efectos Colaterales de la Pandemia: el COVID-19 exacerbó las desigualdades y debilitó programas sociales. Además, el cierre de escuelas dejó a miles de adolescentes expuestos al reclutamiento criminal.
3.- Lecciones Internacionales: ¿Qué han hecho otros países al respecto?
a.- El Salvador: Éxito o autoritarismo?.
Bajo NayibBukele El Salvador redujo homicidios en un 70% tras implementar un Estado de Excepción que permitió detenciones masivas. Sin embargo, organizaciones como Amnistía Internacional denuncian violaciones a derechos humanos. A mi juicio, Chile no puede imitar este modelo sin comprometer su democracia, pero sí reforzar la inteligencia policial contra bandas.
b.- Colombia: Combate al Narcotráfico con Enfoque Territorial.
Mediante distintas iniciativas o programas, Colombia combinó operativos militares con inversión social en zonas cocaleras. Chile podría replicar esto en La Araucanía o Antofagasta, integrando a comunidades en la prevención.
c.- Países Bajos: Reinserción y Justicia Restaurativa.
Con tasas de reincidencia del 35% (frente al 65% en Chile), Países Bajos prioriza educación laboral y atención psicológica en cárceles. Un ejemplo para reformar el sistema penitenciario chileno.
d.- Suecia: Prevención Comunitaria.
Iniciativas como inversión en centros juveniles y vigilancia vecinal redujo robos en Estocolmo en un 40%. Modelos similares se aplican en algunas comunas de Chile, pero a menor escala.
4.- Propuestas para Chile: Hacia una Estrategia Integral
a.- Fortalecer las Instituciones:
i-. Modernizar las policías: Aumentar el presupuesto para inteligencia artificial y cámaras con reconocimiento facial en las zonas críticas.
ii.- Reforma procesal penal: Agilizar juicios mediante tribunales especializados en delitos violentos y Crear una Agencia Nacional Anticrimen coordinando acciones entre PDI, Carabineros, Aduanas y Fiscalía, siguiendo el modelo del FBI.
- Políticas Sociales Enfocadas en Prevención:
i.- Programas de empleo juvenil: Bonificaciones a empresas que contraten a menores de 25 años en comunas vulnerables.
ii.- Ampliación de horarios de centros deportivos y culturales: Ocupar el tiempo libre de adolescentes en riesgo.
iii.- Intervención en escuelas: Detectores de armas y psicólogos para identificar vulnerabilidades tempranas.
c.- Combatir el Narcotráfico con Enfoque Transnacional.
i.- Control portuario y aduanero: Escáneres de última generación en puertos cómo San Antonio y Valparaíso.
ii.- Cooperación internacional: Compartir inteligencia con países como Perú y Bolivia para interceptar rutas.
d.- Reforma al Sistema Penitenciario.
i.- Cárceles con enfoque de reinserción: Talleres laborales y educación superior intramuros.
d.- Enfoque Territorial en Zonas Críticas.
i.- La Araucanía: Diálogo con comunidades mapuche y fiscalías especializadas.
ii.- Antofagasta: Mayor presencia militar en zonas mineras y control de migración irregular.
CONCLUSIONES
La delincuencia en Chile no es un problema aislado, sino un síntoma de fracturas sociales profundas, combinadas con la infiltración de redes criminales globales. Para enfrentarla, se requiere un pacto político que trascienda ciclos electorales, priorizando:
a.- La Inversión en prevención social especialmente en jóvenes.
b.- La modernización institucional con tecnología y coordinación entre las instituciones.
c.- La cooperación internacional contra el narcotráfico.
Experiencias como las de Colombia y Suecia demuestran que combinar firmeza con inclusión da buenos resultados.
Chile tiene la capacidad técnica y económica para replicar estos modelos, pero falta voluntad política para priorizar seguridad pública sobre disputas ideológicas. Mientras no se actúe con responsable urgencia y sin populismos baratos, la violencia seguirá erosionando la cohesión social y la confianza en la democracia.
(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).