Manuel Quevedo Méndez: 228 aniversario de Linares y su memoria histórica

Manuel Quevedo Méndez: 228 aniversario de Linares y su memoria histórica
Antigua avenida Brasil.

El cura José Antonio Somoza. Se dice que no tuvo muy buenas relaciones de armonía con sus feligreses, a cargo de la parroquia de Linares, desde el 28 de noviembre de 1804 y hasta el 8 de diciembre de 1811. Inició su obra al día siguiente de su llegada, poniendo óleo y crisma a Gregoria Contreras, hija de Segundo Contreras y de Cruz Pino, y se despidió de la ciudad con el bautizo de Pedro José Acevedo, hijo de Miguel Acevedo y de Mª de las Nieves Somoza


Por Manuel Quevedo Méndez (profesor y director de la Biblioteca Pública Municipal "Manuel Francisco Mesa Seco" de Linares)

                                                                  Saludamos los 228 años de fundación de esta noble tierra huasa, con algunos hechos, ubicados sin ninguna otra condición que la memoria histórica registró; en la época que estos acontecieron.

Curiosidad veraniega en Linares. El decir de algunos linarenses importantes, de la época (S. 18), que “eran los únicos que usaban quitasoles de plumas de avestruz”, se encuentra en la antigua costumbre que existía en Linares, a fines del siglo pasado y durante los primeros del presente (S. 19, cuando se registró la historia), indicando que en los días ardientes del verano, la mayoría de los vecinos de más categoría de la ciudad, salían al centro o viajaban del campo a la ciudad, resguardados de los rayos del sol, por un enorme quitasol y éste variaba en calidad, según la persona que lo llevaba.

El cura José Antonio Somoza. Se dice que no tuvo muy buenas relaciones de armonía con sus feligreses, a cargo de la parroquia de Linares, desde el 28 de noviembre de 1804 y hasta el 8 de diciembre de 1811.

Inició su obra al día siguiente de su llegada, poniendo óleo y crisma a Gregoria Contreras, hija de Segundo Contreras y de Cruz Pino, y se despidió de la ciudad con el bautizo de Pedro José Acevedo, hijo de Miguel Acevedo y de Mª de las Nieves Somoza.

Multa por no vestir bien. El 20 de enero de 1844, el Gobernador Padilla que presidía la reunión, hizo presente que los municipales debían acudir a las sesiones “no sólo a la hora que se cite, sino con aquella decencia y aseo propios en los que ostentan el alto rango que por su posición ocupan”.

Desde aquel día quedó acordada, a beneficio del Cabildo, una multa de cuatro pesos a todo ilustre municipal que faltare a lo uno y a lo otro. Es decir, que no asistiera a sesión o que se presentara a ella con zuecos, botas de cabros, manta de lana, pantalones con bayeta y seguramente sin cortarse el pelo o sin hacerse la barba.

Primera locomotora del ferrocarril. A las dos de la tarde del domingo 31 de octubre de 1874, hace su entrada triunfal a Linares, la primera locomotora de ferrocarril en viaje desde Chillán. Para celebrar este acontecimiento se ofrece a los ingenieros un baile en casa de D. Juan Manuel Frías y organizado por los señores José Vicente Benavente y Leopoldo Urrutia. La fiesta obtiene un éxito halagador; a la cual concurren familias de San Javier, Parral, Chillán y Cauquenes.

La ciudad, por los años 1885 a 1890. Servía de templo parroquial, en aquellos tiempos, un lugar situado en la calle M. Rodríguez esquina Colo Colo; que después fue transformado en Casa de Ejercicios Espirituales (hoy, Escuela San Miguel Arcángel).

A este fin se le despojó de una humilde y poética torrecilla de madera; en su costado norte había una plazoleta y en el centro un pequeño jardín y en medio de él, se alzaba una cruz de madera. El cura párroco, Delfín del Valle, prestigioso sacerdote, estuvo a cargo de la parroquia por más de veinte años.

Edificio de la Intendencia (actual Gobernación). En 1888 se inició la construcción del primer edificio de altos de la ciudad, correspondiente a la Intendencia. Hasta esa fecha había, en el sitio que ocupa actualmente, un gran caserón donde funcionaba el juzgado y la propia Intendencia. En la parte trasera estaba la cárcel (luego, Cancha de la Intendencia y actualmente los Juzgados).

Por el lado de Constitución (hoy Kurt Möller), la Escuela de Hombres Nº 2, que se trasladó a calle Chacabuco esquina con Alameda de las Delicias (hoy Valentín Letelier). Los alumnos ayudaron al traslado del mobiliario, según datos registrados por el profesor de la época, D. Claudio Rosales Y.

Otro teatro para la ciudad. En sesión municipal, la regidora Srta. Berta Uribe, ante la oposición de cuatro de sus colegas que no aceptan la reapertura del Teatro Victoria, manifiesta que la Empresa Zamudio, arrendataria del Teatro Municipal, ha ofrecido “una gran coima” para que no funcione en Linares otro teatro. Como se ha estimado muy grave la denuncia, la Srta. Uribe ofrece develar -en sesión secreta- el nombre de “los coimeros”.

Comportamiento en el Teatro Municipal. El 12 de abril de 1943, el Alcalde Hugo Baeza Palacios, en una enérgica nota pide a la Prefectura de Carabineros, hacer salir a todos los maleducados que por equivocación de sitio se instalan en las galerías del teatro, “debiendo elegir una porqueriza, para la expresión de sus chivateos”.

Medallones de bronce. El 12 de noviembre de 1944, con el dinero acumulado por diversas personas, casas comerciales e instituciones bancarias, en una de las esquinas de la plaza, en el obelisco de los fundadores, se presentan dos medallones de bronce con las figuras de Ambrosio O´Higgins y Francisco de la Mata Linares.

Rotary Club y “La Quimera”. La Municipalidad de Linares recibe, el 7 de enero de 1945, de Rotary Club y de D. Abrahan Aburman dos estatuas que le fueron regaladas. Ubicándose una en la Alameda y la otra en la Plaza, siendo ambas copias de dos estatuas que se exhiben en Santiago: “El jugador de la Chueca” (hoy inexistente) y “La Quimera” (en Plaza de Armas).

Las fotografías que acompañan esta crónica, fueron donadas al Sr. alcalde, Mario Meza V. para el fondo fotográfico de la biblioteca municipal de Linares, por el profesor René Recabarren Castillo (q.e.p.d.). (Bibliografía: Revista LINARES; Diario “El Heraldo”)