Carla Alegría Vásquez: el pecado de tomarse vacaciones

“Este año, en medio de elecciones, necesitamos estar atentos a los discursos irresponsables de quienes viven para trabajar, y giran en círculos de poder más que en ideas claras para mejorar la calidad de vida, incluso la propia. Si las matronas no se unieran para hacer frente a una modernización del sistema de salud que ha hecho de Chile un referente desde 2006 en cuidados reproductivos, ¿acaso sabríamos lo que está en juego? Trabajar es servir a otros. Pero el descanso también es parte del servicio. Si no descansamos, ¿cómo funcionamos al trabajar? El sistema chileno ha seguido un camino ilógico de competencia excesiva y sobrecarga, todo en nombre del progreso”, comenta la cientista política en su columna para Séptima Página Noticias
Por Carla Alegría Vásquez (cientista política, politóloga y experta en desarrollo organizacional y políticas públicas)
Hace unos días supimos que 25.000 empleados públicos salieron de vacaciones con licencia. En nuestra zona, la provincia de Linares, varios casos están relacionados con trabajadores del área de la salud y la educación.
Unos días después, vemos a las matronas en la calle, defendiendo no sólo sus puestos laborales, sino también los derechos reproductivos de todas nosotras. Yo me especialicé en desarrollo organizacional porque con los años comprendí el valor del diálogo, el consenso, pero sobre todo, la oportunidad de fortalecer a las personas dentro de sus entornos laborales. Porque pasamos gran parte de nuestras vidas trabajando. Y no deja de parecerme absurdo que hayamos decidido vivir esclavos de deudas y sin tiempo para descansar.
¿Se ve mal llegar y salir a la hora que fuimos contratados? ¿Se ve mal tomarse un descanso? ¿Tenemos que estar haciendo algo todo el tiempo para sentir que valemos? Hace no tantos años, y aún hoy en países como Francia, el descanso, la contemplación, la cultura y el uso de espacios comunes eran parte esencial del día a día. Hoy, en cambio, se nos educa desde pequeños no para vivir trabajando, sino para existir en función del trabajo. Esa es una diferencia profunda, y peligrosa.
Estas incongruencias quedan al desnudo cuando escuchamos discursos que quieren “castigar” a quienes toman vacaciones con licencia médica. Pero pensemos con honestidad: si el sistema chileno te entrega solo tres semanas al año de vacaciones, y si por tomarte más tiempo (incluso sin goce de sueldo) puedes perder tu trabajo o tu reputación, ¿qué harías tú?
Este año, en medio de elecciones, necesitamos estar atentos a los discursos irresponsables de quienes viven para trabajar, y giran en círculos de poder más que en ideas claras para mejorar la calidad de vida, incluso la propia. Si las matronas no se unieran para hacer frente a una modernización del sistema de salud que ha hecho de Chile un referente desde 2006 en cuidados reproductivos, ¿acaso sabríamos lo que está en juego? Trabajar es servir a otros. Pero el descanso también es parte del servicio. Si no descansamos, ¿cómo funcionamos al trabajar? El sistema chileno ha seguido un camino ilógico de competencia excesiva y sobrecarga, todo en nombre del progreso.
Estamos enfermándonos por trabajar, y eso no es progreso. Deberíamos estar discutiendo políticas públicas que normalicen lo importante: el descanso como un derecho y una necesidad humana. DESCANSO OBLIGATORIO podría ser, paradójicamente, el mejor avance que podamos lograr como país. En otra ocasión podemos hablar de quienes tienen tres trabajos pero solo cumplen en uno. O de los que mienten sobre sus ingresos a Impuestos Internos. O de aquellos que, por burnout o violencia laboral, no rinden, destruyen su calidad de vida y la de sus familias, y aumentan las estadísticas de ataques cardíacos.
Pero hoy, quiero hablar de quienes hacen bien su trabajo, pero están agotados. Que piden vacaciones no para arrancar, sino para renovar. No justifico lo injustificable, pero tampoco quiero seguir normalizando a nuestro gran conocido: el estrés.
(El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de Séptima Página Noticias).